Mes de los gatos
Y llegó nuestro mes, el de las gatitas y gatitos. El de la solidaridad, y de tantas webadas más. Pero lo primero es lo primero. Gat@s. Ahora es cuando esos extraños animales nocturnos, que somos y seremos, esas solitarias pero juguetonas almas nos adueñamos del mundo de 31 días que nos regala agosto.
Es ahora cuando más ganas me dan de decir que me siento extraña en esta tierra, que detesto el básquebol y el fanatismo de su gente por este deporte; que me carga trifulka...me refiero a su música, claramente, y a su pose de vanguardistas ultra progresivos; que no me interesan las municipales y que añoro estar en una playa, con el frío helándome la cara y el cuerpo. Màs específicamente, quiero caminar por Lechagua. Tal vez eso es muy chilote...pero es.
A veces preferiría no saber nada de la gente que no he visto en meses o en años, por facebook. ¿Para qué? No tiene sentido alguno. No hay forma de reconocernos...
En eso pienso frente a esta pantalla...en eso pienso, a veces, cuando camino por San Martín, sin ningún tema que valga la pena. Cuando llueve mucho, y prefiero llamar por teléfono a los viejos, y me paso por la raja eso que te dicen en la escuela, una y otra vez hasta el cansancio: "El periodismo se hace en las calles". Claro. Y en realidad es tan cierto. Si no buscas, no encuentras,si no caminas, no encuentras. En Castro siempre habrá algo, es cuestión de ingeniárselas. Hasta una misa sirve (bueno, eso en el caso del medio donde trabajo). Hasta un accidente en el que salen todos ilesos, e incluso, la muerte de un vecino. Obvio que es importante y merece todo nuestro respeto. Acá, el que rebusca pilla...Eso es lo interesante, a la cresta con la contingencia...
Pero hoy estoy cansada con ganas de basurear al mundo entero...Porque es agosto, el mes de los gatos, es mi mes.
0 pelás de cable:
Publicar un comentario