lunes, noviembre 12, 2007

Mi vida de periodista


Acabo de llegar de la cabaña de Sergio. Por fin pudo inaugurar su nuevo hogar, el que comparte con dos colegas míos (un decir, ya que ellos son científicos; yo, la periodista), la Susy y Pepe, una bioquímica loca y un prudente ingeniero forestal. Con ellos trabajamos en un proyecto científico del laboratorio acerca de cómo mejorar las condiciones ambientales en los cultivos de choritos o mitilicultura, algo tan de moda acá en el sur de Chile. A Sergio lo conocí por ellos. Es un gran amigo, además de un reciente profesional, profesor de historia rancagüino en su segundo año, muy buena onda y gran consejero.
Bueno, yo estoy encargada de difundir el proyecto de los muchachos científicos a través de los medios locales y nacionales, ya que es un trabajo importante que si sale bien tendrá muchas proyecciones.
Debo decir que estoy contenta. Sin pituto, logré conseguir esta peguita en Chiloé, mi tierra; Me gusta hacer informes, notas y entrevistar a bastante gente sin tener que apurarme. Es relajado, además, obtengo un sueldo que está bien. No quise vivir con los chiquillos y decidí arrendar mi propio departamento-esto también es un decir, ya que es apenas un pisito céntrico de Castro, pero que me permite disfrutar de mis ratos de ermitaña después de la pega, escuchar mi música a todo volumen sin molestar a nadie y desordenar y ordenar a gusto mis pocas cosas. También puedo darme el lujo de ir a visitar a mi familia a Ancud cada fin de semana. Eso claro, si no queda pega pendiente o sale algún evento. Lo único que me falta es Internet, el resto, viene solo xD.

Era esto algo de lo que yo quería. Divulgar ciencia, el área que más me gusta, y ser independiente. Tal vez después de algún tiempo pueda establecerme. Mi salario por ahora no me permite hacer muchas cosas, ni moverme tanto como desearía, pero ahorrando, sé que lograré algunos de mis anhelos, como viajar por el mundo: Latinoamérica, Perú, Panamá, Cuba; O Europa: España y Francia. Hacer algún posgrado. Tal vez algún día logre comprar una casita, que tendrá un jardín, un espacioso patio donde poner un invernadero, hacer asados e invitar a mi familia. Obviamente la vista tiene que dar al mar. Así seré completamente feliz. Yo y mis gatos. No incluyo pololo. Mis logros son sólo míos, así que en mi mente un hombre sólo tiene cabida puertas afuera. Pero no es la idea guatear con mi texto, ahora.
Son las seis de la mañana y acabo de llegar de la nueva cabaña de Sergio. Mi pieza está ultradesordenada. Como no he viajado a mi casa, la ropa sucia está toda tirada, al igual que los platos con restos de comida, migas de pan en la cama, un talco desparramado en el suelo y un sándwich a medio comer. Eso sin mencionar la ruma de notas, diarios e informes que llegan a volar hasta por la cocinita. Acabo de descubrir que tengo mil cuentas que pagar. Y miro mi vida de pequeño burguesa, pero estoy conforme. Estoy contenta, casi feliz.

1 pelás de cable:

G@byota dijo...

Digamos que fantasear no cuesta nada. No se la vayan a creer. Pero a veces veo que así podría ser mi vida...o algo silmilar. Con algo de lo que me guste y tb con cosas que no...pero de que seré pobre, seré pobre!! como buena periodista

So no más