Adiós Vadivia...
Antes de irme, pasé a comprar unos regalitos a un local donde venden esas cosas raras que me gustan a mí. Me iba a regalar un collar y en conversa y conversa con la señora que atendía, me dijo: " yo te voy a regalar el collar". Dicho y hecho...se levantó de su puesto, me abrazó y me felicitó. Me contó que vivió diez años de su vida en Ancud, que acá pasó por más penas que alegrías, pero que se estaba sanando y quería volver...
Y me deseó todo el éxito del mundo, ahora que soy una pequeña periodista...esa señora a quien no le supe ni el nombre, y yo, sabemos que algún día se regresa a los lugares en los que se viven cosas importantes. Espero que así sea, por ella y por mí.
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